UNO APRENDE A AMAR NO CUANDO ENCUENTRA A LA PERSONA PERFECTA,SINO CUANDO APRENDE A CREER EN LA PERFECCION DE UNA PERSONA IMPERFECTA.
Datos personales

- CONAA
- Santiago, Chile
- Soy flaca , mido 1.65 y mis piernas son dos palitos que llegan al cielo ;me gusta el rissoto y los mariscos , tomo todas las mañanas un café porque sino no funciono cmo el mundo lo espera ..
sábado, 19 de abril de 2008
Aca tengo todo lo que construí. Tengo mi pasado, mi presente y la consciencia de que el futuro no se construye, no se programa ni se espera. Sé que mi vida no depende de mí, que puedo morir en cualquier momento y llevarme conmigo tan solo el deseo de conocer el amor verdadero. Ese amor que existe, ese amor que nos devuelve lo que en otra vida fue nuestro. Ese amor que nos llena, de los pies a la cabeza. Nos devuelve la Otra Parte de nuestra alma. Dependo de mi parte masculina, y no me averguenzo porque él también depende de mí. Y me está esperando, en algún lugar aún sin saberlo. Y no quiero morir sin haberlo visto, al menos una vez a los ojos. Aunque quizás ya lo haya visto y mi poder sea demasiado débil como para reconocerlo. Quizás esté cerca, quizás lo haya despreciado o él a mí. Quizás conozca tantas personas equivocadas y me enamore tantas veces que mi corazón incompleto no lo pueda soportar. Quizás muera sin haber sentido la fuerza que tanto busco. Y a eso se debe mi miedo constante, cuando el silencio aturde mi cabeza y no puedo escuchar a mi corazón. Mis ganas de irme a cualquier parte, para no sentir que pierdo el tiempo, que desperdicio mis segundos, mi respiración y mis latidos. Es coherente decir que no creemos en lo que no podemos ver, porque mi cerebro piensa exáctamente de esta forma. Pero mi esencia necesita creer en algo más, mi espíritu me pide que busque donde no hay nada, que encienda alguna luz donde hay oscuridad. Y por eso cuando el miedo no me deja pensar, me transporto. Y soy una nena que cree. Que reza porque tiene miedo de perder algo, de perder lo que cree indispensable. Y sale de mi voz una sabiduría que jamás conocí. Y pido un instante de entrega, pido una señal. Pido que en el lugar donde esté mi Otra Parte ocurra algo, alguna señal que le haga saber que si creo, que si espero, que no me conformo con lo natural y que quiero conocer más sobre mí, sobre lo que fuí en otro tiempo, en otro Universo. Y sé que mi Otra Parte sabe todo lo que yo no, y que no necesito que me lo enseñe tampoco. Necesito estrecharlo entre mis brazos, porque yo también sé algo que él no, y que jamás le voy a enseñar. Él sabe, pero yo puedo transformar. Yo tengo el poder de unir y crear nueva vida. Porque estamos en la misma sintonía, en el mismo renglón. Y esperamos cosas diferentes, o creemos que necesitamos cosas que no nos hacen feliz pero que a la vista de los demás nos hacen más interesantes o inteligentes. No necesito enorgullecerme de nada, ni demostrarle nada al mundo. El mundo empezó con ignorantes, les debemos la vida a los ignorantes. A los curiosos que quisieron saber y crearon por el solo hecho de descubrir. Todos tenemos un Don, un Don único que se amolda a nuestras necesidades. Confiar nos hace valientes, creer nos hace invencibles. Creo en mí, y creo estar cerca de creer en algo que no logro ver. Es todo tan maravilloso, que debería tener un por qué. Debería, pero no necesita tenerlo. Basta con observarlo, con rozarlo, con sentirlo. Con observar el verde de las hojas y las formas de las flores. Basta con sentir el sol, la lluvia, la brisa y las tempestades. Basta con escuchar el ruido del mundo, que es el silencio. El único sonido que está en todas partes del mundo y que entendemos todos. El silencio. Todos lo conocemos, todos lo despreciamos. Pero es lo que nos une, es lo que hace posible al amor. Algún día te voy a mostrar esto y nos vamos a reír juntos, por todo el tiempo en el que no podíamos vernos, besarnos, rozarnos. Y vamos a ser felices en silencio, mirándonos a los ojos que jamás aprendieron a mentir. No voy a retenerte, ¿de qué me serviría? el amor es libertad, y si quieres irte lo vas a poder hacer. Te voy a observar de lejos caminar, y voy a estar viendo mi felicidad. Y voy a morir en paz, sabiendo que fuiste mío y siempre lo vas a hacer, en todas las vidas que me queden por vivir. Que siempre te voy a volver a encontrar, que siempre va a ser diferente pero a la vez igual. Porque somos los mismos, unidos por algo más fuerte que nadie logra ver salvo nosotros.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario