
Eres tan dulce y tan frágil... que infinitas veces me dan ganas de guardarte en una cajita de cristal y alejarte de todo lo malo, para que nunca seas capaz de verlo.
Tan tierna y tan ingenua, tan apartada de todo lo oscuro y lo grotesco de este mundo. Y la tristeza y el horror que día a día nos rodean pasan inadvertido cerca tuyo, se desvían ahuyentados por tu luz.
Y si supieras que el mundo no es tanta magia ni tanta belleza, si sólo vieras que ojos que parecen sinceros ocultan mentiras, y que cuentos de hadas poseen finales tristes…
Que existe la muerte y el dolor, los suicidios y las rupturas; que existe gente que se cansa de la vida, otra que no puede seguir…
Si tu ternura excepcional te dejara ver tan solo una parte de tanta traición, tanto resentimiento, odio y deseos de venganza…
No obstante intentamos creer, que aún se impone gente sincera. Que hay abrazos fuertes, y besos sentidos…
Que todavía existen personas que siguen fabricando confianza, que no te traicionan. Gente que valora, que ama con amores espontáneos…
pero si supieras todo lo malo mi amor.
Ojala todo eso siquiera te roce, eres la última persona que lo merece.
Yo te voy a cuidar siempre, todo lo que pueda, con todos los recursos que se encuentren a mi alcance. Por esas posibles veces en que, tal vez, tu luminosidad no sea suficiente, todavía vas a contar con la mía.
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